Entendiendo el llanto de un bebé

Aunque tu bebé no puede hablar, es capaz de darte algunas pistas para ayudarlo a comprender lo que le está comunicando.

Como él no puede decir exactamente lo que necesita con palabras, se basa en una serie de gemidos, gritos y gritos para llamar tu atención. Pero no todos los gritos son iguales.

Existen alternativas para ayudarlo a conservar la calma con chupones para bebés de colores, juguetes interactivos, entre otras opciones. A continuación, te mostramos los tipos de llanto de un bebé que puede desarrollar tu pequeño y su significado:

“Tengo hambre”

Escucha: un llanto bajo, rítmico y repetitivo, combinado con otras señales como aletear el seno, un movimiento de succión con la lengua, chasquear los labios o llevarse los dedos a la boca.

La solución: responder a los gritos de hambre rápidamente para que el bebé no se preocupe demasiado. Si está molesto y comienza a tragar aire con su leche, puede atrapar gases o escupir, lo que probablemente provocará más llanto.

“Estoy cansado o incómodo”

Escucha: el llanto de un bebé continuo, nasal y quejoso que aumenta de intensidad suele ser la señal del bebé de que ha tenido suficiente, generalmente acompañado de bostezos, frotamientos o tirones en los oídos) o es incómodo.

La solución: ayuda a tu bebé a dormir todo lo que necesite.

“Ya tuve suficiente”

Escucha: prepárate para el llanto de un bebé quisquilloso y llorón. Puedes intentar apartar la cabeza o el cuerpo de imágenes o sonidos sobreestimulantes.

La solución: cuando reconozcas este llanto, intenta alejar a tu bebé del ruido, el movimiento, la estimulación visual o lo que sea que lo esté estresando.

“Estoy aburrido”

Escucha: este llanto comienza como un arrullo (cuando el bebé intenta mantener una buena interacción), luego se convierte en un alboroto, luego se convierte en estallidos de llanto indignado, alternando con gemidos.

La solución: Levanta a tu bebé o juega con él y deberías encontrar que el llanto se detiene de inmediato.

“Tengo cólico”

Escucha: lamentos o gritos intensos, acompañados de movimientos inquietos. El cólico a menudo ocurre al final de la tarde o la noche, y los episodios pueden durar horas.

Por lo general, alcanza su punto máximo alrededor de 6 semanas después del nacimiento y desaparece cuando el bebé tiene entre 3 y 4 meses de edad.

La solución: si bien es difícil calmar a un bebé con cólicos, puedes intentar posiciones reconfortantes. También puedes intentar colocarlo boca arriba y empujar las rodillas hacia el estómago durante 10 segundos, luego soltarla y repetirla, con la esperanza de sacar el gas.

“Estoy enfermo”

Escucha: gemidos suaves que son débiles y suenan nasal, con un tono más bajo que el “dolor” o el llanto “cansado”, como si el bebé no tuviera la energía para subir el volumen.

Si sospecha que tu bebé está enfermo, mantente atento a síntomas adicionales que justifiquen una llamada al médico, como fiebre, diarrea, estreñimiento, vómitos, erupciones cutáneas y cualquier otra cosa que parezca fuera de lo común para su bebé.

La solución: los bebés se enferman a veces, y a menudo no es nada de qué preocuparse. Aún así, es importante confiar en tus instintos. Si le preocupa, no dude en comunicarse con el médico de su bebé.

Identificar el llanto de un bebé es de suma importancia, ya que así puedes detectar enfermedades, inconformidades que tenga un pequeño o para saber le das una buena alimentación. ¡Mantente siempre alerta! ?