Enseña a tus hijos a lavarse los dientes

Para asegurarnos una correcta higiene dental el cepillado de los dientes es un paso fundamental. Por eso, es importante enseñar a los más pequeños a cepillarse bien.

Es recomendable que empiecen a hacerlo a partir de los 2 años, aunque no se los laven correctamente conseguiremos que vayan cogiendo la costumbre poco a poco.

lavar los dientes: Como hacerlo más divertido

Para ahorrarnos quebraderos de cabeza lo mejor es que vea todo lo relacionado con la higiene dental como algo divertido, que le despierte curiosidad.

Lo mejor para ello es dar ejemplo, si ve a sus padres lavándose los dientes también querrá hacerlo porque llamará su atención.

Hazlo cuando sepas que está mirando y explícale que lavarse los dientes “es de adultos”, a los pequeños les encanta hacer cosas de mayores y seguramente querrán imitarte.

Si el niño te dice que quiere aprender aprovecha su predisposición y ponte a ello, explícale la importancia de la higiene dental con un lenguaje adaptado a su edad.

Puedes comprar un cepillo con muñecos o dibujos de sus personajes favoritos, siempre de cerdas suaves, limpia igual de bien que el cepillo de cerdas de dureza media pero protegen más las encías en una farmacia con servicio a domicilio.

Como enseñarles

– Lávate los dientes con él. El objetivo es que puedas supervisar su lavado y ayudarle si es necesario. Pero primero tendrás que dejar que lo haga él solo, aunque lo haga mal, y felicítale igualmente.

Está claro que las primeras veces el resultado será malo pero si empezamos a criticarle desde el primer día se le van a quitar las ganas de intentarlo de nuevo.

– Cántale una canción o ponle una que le guste de fondo. Puedes decirle que tiene que seguir frotando hasta que acabe la canción.

Otra manera de mantenerlo quieto cepillándose es leyéndole un cuento durante un par de minutos.

También puedes utilizar la misma estrategia que en “Las mil y una noches”, contarle una historia y dejarla en la parte más interesante cuando esté acabando de cepillarse, para continuarla después en el siguiente lavado.

Como a los niños les encanta hacer actividades con los padres estarán deseando que llegue la hora del cepillado. Pero recuerda, para que la estrategia funcione no puedes seguir con la historia en otro momento diferente.

¿Pero por qué los niños no pueden utilizar pasta de dientes adulta?

En niños pequeños los dientes delanteros están creciendo, el flúor tiene el inconveniente de que tiende a acumularse en dientes que se están calcificando, por tanto, el esmalte de los dientes puede mancharse con la presencia del flúor, lo que se llama fluorisis.

Por otro lado, los niños de 3 o menos años no han adquirido correctamente el reflejo de deglución y a menudo se tragan sin querer restos de pasta, el flúor si se traga se acumula en los huesos y los debilita.

Además, el sabor suave de la pasta dental infantil facilitará la predisposición al lavado. A partir de los 7 años pueden usar pasta adulta, pero con una pequeña bolita bastará.

Como conclusión:

-Si es menor de 2 años no hace falta ni que utilice pasta de dientes, con que se frote con agua bastará para arrastrar las bacterias de la boca, aquí lo importante es que coja el hábito.

-Entre 2 y 7 años. Una pasta entre 1000 y 1450 ppm (fíjate en el etiquetado de la parte de atrás del envase) bastará pero en cantidades muy pequeñas (tamaño de un guisante).

-A partir de los 7 años puede usar pasta de dientes adulta pero en las cantidades antes mencionadas.

¿Cómo debe de ser un correcto cepillado?

No está de más recordarlo porque la mayoría de las personas se lavan los dientes incorrectamente. Según odontólogos especialistas, un correcto lavado tiene que empezar desde las encías e ir incidiendo en los espacios que hay entre el diente y la encía.

El objetivo no es tanto lavar los dientes si no lavar la encía, porque a medida que la limpiamos también se limpiará indirectamente el diente. Para ello el cepillo tiene que formar un ángulo de 45º con los dientes.

Después hay que mover el cepillo de arriba a abajo en los dientes superiores y de abajo a arriba en los inferiores.

Empezar primero por con las piezas superiores y luego las inferiores (o viceversa) pero nunca paséis el cepillo de la zona superior a la inferior con el mismo movimiento. Así solo dañaréis las encías.