5 básicos de la limpieza facial en piel sensible

Los tipos de piel sensible son algo complicados de cuidar. Cualquier cosa puede provocar una reacción y provocar una tez dañada e irritada. Estoy hablando de ingredientes muy fuertes o la contaminación. Entonces, cuando se trata de la limpieza, un paso particularmente necesario para el cuidado de la piel, es importante tener las herramientas correctas para evitar cualquier irritación.

“La función básica de la limpieza es eliminar la suciedad, la grasa y las células muertas de la piel”, dice Debbi Burnes, experta en belleza natural y fundadora de Sumbody Skincare. “Pero, con la piel sensible, no quieres alterar la capa natural de la piel”.

Esto implica seguir varias reglas que garantizan que la formación de espuma no cause ningún daño. Siga leyendo para conocer las 5 reglas básicas sobre la limpieza de este tipo de piel.

1. Usa agua tibia

Sé que se siente bien, pero usar agua muy caliente hace más daño de lo que piensas. “Nadie debería limpiarse con agua caliente”, dice Burnes. “Especialmente con sensibilidad cutánea, debes asegurarte de usar agua tibia. Puedes ver los efectos de resequedad si usas agua caliente en tu piel”.

La esteticista y fundadora de MV Skincare, Sharon McGlinchey, también agrega que debes limpiarte en el lavabo, no en la ducha, porque puedes controlar mejor la temperatura del agua. (La mayoría de nosotros nos duchamos de espaldas al grifo, lo que evita que el chorro de vapor nos golpee directamente en la cara).

2. Opta por un limpiador sin espuma

Es posible que te haya encantado la sensación de limpieza impecable que proviene de un limpiador espumoso, pero no siempre son buenos para tu cutis, especialmente si tu piel cae en el lado sensible.

“Busca un limpiador sin espuma en el que puedas reconocer todos los ingredientes”, dice Burnes. “Los tipos de espuma suelen tener lauril sulfato de sodio y los primos de ese ingrediente que son demasiado fuertes para estos tipos de piel”.

Los limpiadores lechosos y cremosos son agradables y suaves, pero también recomienda una barra de jabón natural que contenga súper hidratantes como el aguacate o manteca de karité.

3. Mantente alejado de los exfoliantes manuales

Siempre es necesario retirar la piel muerta, pero algunos métodos son más duros que otros. “Si tienes la piel sensible, debes tener cuidado con los exfoliantes manuales”, dice Burnes. “Mantente alejado de las semillas o trozos de cualquier cosa que no se pueda disolver en agua. Piezas como esas tendrán bordes dentados que no pueden volverse completamente esféricos, por lo que crean microdesgarros en la piel, que deseas evitar”.

Es decir, busca que tu exfoliante no tenga ingredientes como pedazos de coco, almendras o azúcar.

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4. Menos es más

Puede ser tentador probar varios productos diferentes al momento de diseñar tu rutina de cuidado facial. Sin embargo, en el caso de tener un cutis sensible, la simplicidad es clave: debes mantener las cosas lo más sencillas posible.

“Reduce la cantidad de ingredientes que estás usando”, recomienda Burnes. “Al igual que no comes alimentos con ingredientes que no reconoces, haz lo mismo con el cuidado de tu piel”. Hacer esto ayuda a que tu piel absorba menos toxinas y, por lo tanto, esté mucho más sana.

5. Mira en tu cocina

Si la idea de descifrar las etiquetas de los ingredientes de belleza es abrumadora, siempre puedes acudir a tu despensa.

“Siempre me gusta enseñar a las personas que pueden usar fácilmente algo en casa como limpiador”, dice Burnes. “Puedes usar leche de coco o de soya y un chorrito suave de agua tibia, o hacer una pasta con la avena que desayunaste. La avena con miel también funciona como un gran limpiador”.

No obstante, lo mejor es consultar con tu dermatólogo las mejores opciones y productos para tu piel.